01/05/2015

LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR (I)

Elena Martinez, Especialista en Medicina Física y Rehabilitación, nos describe en que consite la lesion de LCA, las causas y los tratamientos que podemos aplicar. Son lesiones que ocurren sobre todo en mujeres que practican deportes como la gimnasia, fútbol y baloncesto.

El Ligamento cruzado anterior (LCA) es el principal estabilizador de la rodilla. Su función es la de controlar la traslación anterior de la tibia.

Es difícil saber cuántas lesiones hay de LCA, porque no hay estudios diseñados para conocerlo, pero sí sabemos que su lesión es muy frecuente en deportistas. Se habla de una incidencia de 1/3500 en la población general, y de 100-200.000 casos al año en Estados Unidos.

Las lesiones suelen ocurrir en la adolescencia tardía. El deporte con mayor número de lesiones, es el fútbol americano. Son lesiones más frecuentes en mujeres, y sobre todo en mujeres que practican deportes como la gimnasia, fútbol y baloncesto.

MECANISMO DE LESION
En la mayoría de los casos (70%) la lesión ocurre durante la práctica deportiva, pero sin necesidad de contacto. El ligamento se lesiona cuando el deportista está corriendo o saltando y de forma brusca frena y cambia de dirección o gira, de forma que la rodilla gira o se dobla hacia un lado. En el baloncesto la lesión se suele producir al caer con la rodilla en rotación interna y sin flexión completa (En la imagen podemos ver el momento momento en el que Alba Torrens se lesiono el LCA).

Las lesiones por contacto, se producen por un golpe directo sobre la pierna, que está fija en el suelo y asociando un mecanismo de giro sobre la rodilla, con la fuerza suficiente para arrancar el ligamento.

La llamada triada se produce cuando además de lesionarse el LCA, se lesionan el menisco interno y el ligamento lateral interno de la rodilla.
FACTORES DE RIESGO
Conocer los factores de riesgo es interesante, puesto que se puede actuar sobre algunos de ellos. Comentamos algunos de los descritos:

· Factores relacionados con el sexo. Como decíamos antes, son lesiones más frecuentes en mujeres. No está muy claro el por qué, pero hay varias teorías

Una de ellas, es que las mujeres usan sobre todo el cuádriceps para controlar la desaceleración, mientras que en los hombres son los isquiotibiales. El cuádriceps como músculo es menos eficaz para prevenir la traslación anterior de la tibia y de hecho aumenta la tensión sobre el LCA. Además, se ha visto que en las mujeres la relación de fuerza entre cuádriceps e isquiotibiales es mayor y esto aumentaría la inestabilidad de la rodilla. De ahí que para prevención puede ser interesante fortalecer los isquiotibiales.

Otra teoría se relaciona con la mayor tendencia al valgo (rodilla hacia dentro) de las mujeres. Y el valgo unido a cambios bruscos de dirección actuaría tensando más el LCA y favoreciendo la lesión.

El efecto de los estrógenos no está nada claro y no justifica el uso de anticonceptivos orales para disminuir el riesgo de lesión del LCA. Tampoco lo está el que al tener mayor anchura de cadera y el fémur más corto, de modo que el ángulo formado entre fémur y tibia sea más alto y que esto favorezca la lesión del LCA.

· Factores externos como el tipo de calzado, las superficies de juego. Algunos trabajos aprecian más lesiones en superficies con mayor tracción, como los suelos sintéticos de los gimnasios.

· Factores de cada uno, como la laxitud articular, la fuerza de los isquiotibiales, un índice de masa corporal elevado, las alteraciones de la propiocepción, o factores genéticos, pueden influir, pero hacen más estudios para conocer su influencia real.

CLINICA
En el momento de la lesión, suelen sentir un “pop” en la rodilla, seguido de la aparición de derrame articular (hinchazón de la rodilla) y de sensación de inestabilidad o fallo. Es frecuente que haya hemartros (sangre en la articulación).

Una vez que el derrame mejora, pueden cargar el peso sobre la rodilla pero suelen tener inestabilidad, sobre todo al acuclillarse, en los giros, al bajar escaleras, o en movimientos realizados con todo el peso sobre la rodilla.
Habrá que descartar que no haya otras lesiones asociadas: meniscos, otros ligamentos, o lesiones óseas.
DIAGNOSTICO
El diagnóstico debe realizarse lo antes posible, aunque a veces en la fase aguda es complicado, por el dolor, el derrame y a veces la falta de movilidad que presentan. Si se puede realizar una buena exploración, el diagnóstico de la lesión del LCA es bastante seguro.
En la exploración, los test más fiables son el Lachman, el cajón anterior y el pivot shift. El Lachman es una maniobra que parte de una flexión de 30º de rodilla con el paciente tumbado. Le fijas la parte distal del fémur con una mano y con la otra mano empujas hacia delante la tibia. También hay que valorar si hay derrame, la movilidad, la fuerza y la estabilidad de la rodilla.
Las radiografías se emplean para descartar lesiones óseas asociadas, para ver la madurez ósea o ver si hay cambios degenerativos previos.

Hoy en día la prueba más empleada para valorar la lesión del LCA es la Resonancia Magnética, porque permite ver además de la lesión del LCA, la existencia de lesiones asociadas de meniscos, de ligamentos y las contusiones óseas.

TRATAMIENTO
En la fase aguda, habrá que tratar el dolor y la inflamación. Se recomienda descanso de la rodilla, hielo en periodos cortos de 15-20 minutos varias veces al día, analgésicos, compresión de la rodilla y elevación de la pierna afectada. Puede necesitar muletas para evitar cargar peso en esta fase, sobre todo si está inestable.

Pero pasada esta fase aguda, seguro que tenemos varias preguntas: ¿tratamiento quirúrgico o no? ¿ cuándo operarse? ¿ cómo es la cirugía? ¿ cómo es la rehabilitación en caso de cirugía?¿ ¿podré volver al deporte?. Intentaremos contestar a estas dudas que surgen.
En la segunda parte del Articulo trataremos la conveniencia o no de la cirugia, asi como la rehabilitacion a realizar. Tambien realizaremos unas indicaciones sobre la prevencion de este tipo de lesion.