EL BALONCESTO: UNA CARRERA DE RELEVOS
Con los Juegos Olímpicos de Rio todavía en la retina, me planteaba el inicio de la pretemporada de mi equipo, y viendo las pruebas de atletismo entendí que el baloncesto no es una carrera de fondo, no hay que correr ahorrando energía para poder llegar al kilómetro 42 con fuerza, sino que en realidad el baloncesto es una carrera de relevos, una carrera donde las jugadoras de nuestro equipo darán el máximo en un tiempo corto, para pasar el testigo a sus compañeras que están sentadas en el banquillo descansando. Pero la pregunta que me hacía es, ¿Cómo conseguimos esto?
Tras pensar la respuesta encontré el método para conseguir que el equipo acabe correctamente engranado y con la convicción de que los relevos son la manera de conseguir tener siempre a un equipo 100% competitivo en la cancha. Para ello he seguido ciertas pautas, que os detallaré a continuación esperando que os puedan ayudar un poco en vuestros equipos.
Lo primero que debemos hacer establecer el estilo de juego que queremos en nuestro equipo, si queremos correr al contraataque defendiendo desde nuestra zona, o bien, queremos presionar y correr, o por el contrario queremos defender en medio campo y jugar en estático…hay tantas opciones y combinaciones de defensa-ataque que cada uno deberá elegir la que más se adapte a su equipo, pensando no solo en lo que nos gustaría sino también en lo que nuestro equipo puede darnos. Para ello deberemos tener en cuenta varios factores:
- El número de jugadoras del que disponemos. No sería sensato plantear un juego de presión y correr si tenemos tan solo 8 jugadoras. El primer límite nos lo pondrá la profundidad de banquillo.
- La capacidad física de nuestro equipo. No deberíamos plantear un juego estático basado en nuestros pívots si no tenemos ni altura ni cuerpo. O bien, podemos plantear una presión fuerte si tenemos una línea exterior muy rápida.
- El bagaje técnico-táctico de nuestras jugadoras. Deberemos tener en cuenta la capacidad técnica y táctica de nuestro equipo, sería erróneo plantear un juego rápido y ágil si el bagaje del equipo lo imposibilita.
Recordad siempre que lo que decidamos a principios de pretemporada no tiene por qué ser inamovible, el equipo evoluciona durante la temporada, o al menos debería hacerlo mediante nuestra tutela. Por tanto, debemos estar abiertos a modificar nuestro estilo de juego, a evolucionarlo junto con las capacidades del equipo.
Una vez decidido el estilo de juego que queremos debemos centrarnos en establecer los roles de las jugadoras, basándonos en los primeros entrenamientos y en los primeros partidos de pretemporada decidiremos la importancia de cada una de las jugadoras. En este caso dejaremos de lado los roles específicos, la tiradora, la especialista en defensa, la alero física… ya que quiero concentrarme en la repartición de minutos, el aspecto más básico y el más difícil para los entrenadores.
Lo primero que debemos hacer para establecer los roles en cuanto al minutaje de cada jugadora es mirar los aspectos físicos y técnicos de las mismas, esto nos dará la capacidad que tienen de aportar al equipo, teniendo en cuenta el estilo de juego que anteriormente hemos decidido. No debemos tener miedo de clasificar a las jugadoras en más válidas y menos validas, ya que esta decisión no es inamovible y podremos modificarla en función del compromiso y el trabajo de nuestras pupilas a lo largo de la temporada. Para continuar con el artículo me basare en un ejemplo claro y sencillo, pongamos que tenemos dos bases, una de ellas es de gran calidad, tanto física como técnica, la otra es más limitada, con peor bote de balón y menor capacidad para correr. Por tanto, tomamos la decisión de que la base A que jugará 30 minutos por partido será la de mayor capacidad, mientras que la base B, que jugara 10 minutos será la de menor capacidad.
Con los roles establecidos comenzaremos con el trabajo más difícil, pues tomar decisiones no es fácil, pero es más difícil, en la mayoría de los casos, el concienciar a las jugadoras de que es lo mejor para el equipo. Por tanto, aquí entra el último punto del artículo, La Comunicación el punto más importante de todos, puesto que debemos conseguir que nuestras jugadoras sean cómplices de nuestras decisiones y no rehenes de nuestro silencio. Debemos comunicar, tanto a la base A como a la base B nuestra decisión, mi recomendación es hacerlo a la vez, cogiendo a ambas en un aparte y explicar a las dos nuestra forma de proceder a la hora de repartir los minutos. Pero a la hora de hablar con ellas debemos recalcar varias cosas:
- La decisión la hemos tomado basándonos en sus entrenamientos y su juego en las primeras semanas de pretemporada, teniendo en cuenta su aportación en este tiempo.
- Lo hemos decidido así pensando en que es lo mejor para el equipo, por tanto necesitamos que ambas entiendas su papel para que la maquinaria funcione correctamente.
- No es una decisión definitiva para toda la temporada, el trabajo en los entrenamientos, la aportación en los partidos, y su compromiso con el equipo puede hacer variar esta repartición de minutos. El trabajo tiene recompensa y la dejadez y apatía serán castigadas.
- Es una idea general y no para todos los partidos, durante los partidos se dan muchas situaciones, faltas, dolores, lesiones, o incluso el acierto positivo de una de las dos, esto puede hacer que durante el partido variemos nuestra idea para adaptarnos a las situaciones.
Por tanto, resumiendo, deberemos tomar decisiones durante la pretemporada para poder conseguir que nuestro equipo este bien organizado a la hora de comenzar la temporada. Primero deberemos establecer nuestro estilo de juego, basándonos en el equipo que tenemos, para luego tomar la decisión de los roles que ocupara cada una de nuestras jugadoras. Si ya hemos tomado todas las decisiones entonces debemos comunicarlas a las propias jugadoras y hacerlas participes de estas decisiones, siempre dejando abierta la puerta a que estos roles evolucionen durante la temporada.
Si conseguimos hacer todo esto tendremos un equipo que compita correctamente en los partidos, teniendo en cuenta que son carreras de relevos, donde la jugadora en cancha dará todo lo que tiene en su interior para que la jugadora en el banquillo recoja el testigo y de su 100% cuando le toque saltar al campo. Con esto tendremos un equipo equilibrado y comprometido puesto que al comunicarles la idea, y al tener conocimiento de ella, trabajaran para ganarse sus minutos aportando lo mejor de sí mismas en el tiempo que se hayan ganado.
Espero que os haya servido de algo estas ideas que quería compartir con vosotros, ahora es vuestro momento de decidir y adaptar lo escrito aquí para mejorarlo y con ello ser más eficaces y mejores entrenadores.
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