29/12/2020

ENTREVISTANDO A BEA TORRES PARDO

Queríamos despedir este año de una forma especial y la mejor forma que hemos encontrado ha sido presentándoles a una jugadora especial. Una jugadora muy luchadora que lleva toda su vida vinculada al baloncesto. Nuestra protagonista es una prueba de que el trabajo bien hecho y el esfuerzo tienen su premio.

Esta joven bilbaína (1994) lleva 19 años de su vida botando el balón por las canchas de baloncesto de Bizkaia, Euskadi y ahora del estado. Licenciada en Relaciones Laborales y Recursos Humanos, desde hace cuatro años compagina esto ultimo con la practica del basket en Liga Femenina 2, la segunda máxima categoría del estado en baloncesto femenino. Es una persona alegre, tranquila y familiar que pasa el poco tiempo libre del que dispone con su familia, pareja y amigas. No les hacemos esperar más, nuestra protagonista de hoy es Bea Torres Pardo. Lean con atención porque estamos seguros de que les va a encantar esta entrevista. 

¿A qué edad y como tomas contacto con el baloncesto? Comienzo a jugar a baloncesto con 7 años en el colegio Fátima, donde yo estudiaba.

¿Por qué empezaste a jugar? Empiezo a jugar porque ya desde pequeña me gustaba mucho el deporte y todo el grupo de amigas decidimos apuntarnos a baloncesto.

¿Cuántas temporadas jugando y donde? Pues en total creo que son 18 temporadas jugando. Como ya he comentado antes, comencé en mini basket de primer año en el colegio, donde estuve hasta categoría infantil. Después, jugué un año en Getxo y en cadete de 2º año empecé en Irlandesas, donde he jugado durante 9 años, aunque los últimos 4-5 años jugábamos como Leioa debido a un convenio entre ambos clubes. Finalmente, los últimos 4 años los he pasado en el HGB Ausarta Barakaldo.

¿Cuál es tu primer recuerdo como jugadora? Mi primer recuerdo como jugadora es el primer partido que jugamos en el Colegio Alemán, con no muy buen tiempo y en el que entre los dos equipos no conseguimos meter más de 10 puntos jajaja Otro recuerdo que me viene a la cabeza son todas las tardes, infinitas horas que pasábamos mi hermano Andoni y yo, con mi aita cuando podía por trabajo, en la canasta que teníamos en el caserío de amama. Mi ama nos tenía que sacar de allí a rastras siempre jajaja

¿Cuál ha sido tu posición de juego, ¿Siempre has jugado en esa posición? Mi posición siempre ha sido la de base.

¿Cómo te definirías como jugadora y compañera? Me definiría como una jugadora rápida e intensa. Debido a mi posición y estatura, a lo largo de las temporadas he sido capaz de aprovechar mi velocidad, cambios de ritmo e intensidad, tanto para anotar o asistir, como en tareas defensivas. Siempre he sido muy competitiva, una jugadora luchadora que no da un balón por perdido. Por otro lado, me considero una compañera solidaria. Creo que todo el equipo puede contar conmigo, ya sea animando y apoyando en el campo, como fuera de él. Siempre voy a estar cuando me necesiten.

¿Qué recuerdo guardas de los primeros entrenador@s que tuviste? Mejor imposible. Mi primer entrenador en el colegio fue Iñaki de la Fuente y estuve con él esos 4 primeros años. Iñaki fue la persona que me transmitió el amor y la pasión por este deporte, además de darme una gran primera base de baloncesto. Después en Irlandesas-Leioa, hemos estado también juntos todos los años, ya que era el preparador físico del equipo. Para mí ha sido muy importante contar siempre con su apoyo, ya que además es la persona que me ayudó en las recuperaciones de las dos primeras lesiones de rodilla, dedicándome muchísimas horas, y le estaré siempre muy agradecida.

¿El club de tu vida? Irlandesas, sin ninguna duda. Tengo grandísimos recuerdos de todos los años que hemos vivido allí, tanto en formación como en todos los años de nacional, amigas que voy a guardar siempre, el haber podido absorber desde pequeña y compartir vestuario con gente como Amaia Tena, Jone Azkue, Maitena Vega y un largo etc. Asimismo, haber tenido a Luis Ledesma como entrenador durante tantos años ha sido un regalo, además de haber podido seguir compartiendo experiencias con Iñaki.

¿Entrenas? He estado desde los 18 años entrenando equipos en categorías premini, mini o infantiles, experiencias muy enriquecedoras que te hacen ver el baloncesto desde otro punto de vista. Además, el poder transmitir la pasión, los valores y los conocimientos, que en su día recibí, y ver reproducida la ilusión de las pequeñas en cada entrenamiento, ha sido otra de las grandes satisfacciones que me ha dado el baloncesto. Sin embargo, este año decidí parar, ya que necesitaba priorizar un poco otras cosas. Quizás más adelante o cuando deje de jugar, me lo vuelva a plantear, todo se verá.

¿Cuál es ese momento, en positivo que nunca olvidaras del baloncesto? La primera final a 4 que jugamos en Leioa, aunque perdimos, no la olvidaré nunca gracias al ambiente que hubo en Kandelazubieta. Ver y sentir el pabellón a rebosar, lleno de energía, con todas nuestras familias y amigos apoyando, fue increíble. Creo que fue el partido más emocionante que he jugado nunca. Y el otro momento sería la fase de ascenso a Liga Femenina 2 con Barakaldo en Santander, en la que ascendimos.

¿Cómo estás viviendo la experiencia de jugar en LF2? Durante mis dos años junior en Irlandesas, estuve en dinámica y llegué a debutar con el Liga Femenina 2, y es algo que no esperaba volver a vivir. La verdad que ascender fue un gran premio y la experiencia está siendo emocionante e intensa, ya que el salto de categoría ha sido muy grande.

¿Cómo es un vestuario y la convivencia fuera de él con jugadoras nacionales y extranjeras? La verdad que un buen vestuario es lo mejor que le puede pasar a un equipo, ya que una siempre se apoya en las compañeras prácticamente para todo lo relacionado con el basket, ya sea cuando pasas una mala racha, una lesión y sobre todo, en los buenos momentos que hay a lo largo de una temporada. Son las personas más cercanas que tienes en el día a día y con quienes compartes todo, y lo mejor es que muchas acaban siendo amigas. Al final son muchísimas horas juntas, entrenamientos, partidos, viajes, alguna noche de hotel… Este año el ambiente del vestuario es inmejorable.

En mi caso, llevo ya varios años conviviendo con jugadoras extranjeras y creo que es una gran experiencia el poder conocer otras culturas casi sin moverte de casa. Igualmente, aprendes la mentalidad que tienen en otros países entorno al basket, así como otros estilos de vida, que en muchos casos son bastante diferentes a los que tenemos aquí. Te obliga a ser una persona más flexible y empática, ya que hay que entender que están lejos de casa y todo para ellas es nuevo. Incluso lo que en muchos casos puedes ver como un hándicap, que es el tema del idioma, la verdad es que el forzarte a hablar en inglés constantemente, a la larga acaba siendo muy enriquecedor.

¿Cuándo no estás jugando que sueles hacer, que aficiones tienes, otros deportes? Pues me gusta mucho el deporte en general, intento jugar a vóley playa en verano, a pádel… También aprovecho para hacer rutas por la naturaleza y me encantan la playa y el mar en verano. Aficiones más tranquilas, pero que también me hacen disfrutar, son los juegos de mesa o un buen libro.

¿Cómo te organizas para llegar a todo? Siempre he sido una persona bastante organizada cuando estudiaba, y ahora con el trabajo no me queda otra. A día de hoy, entre semana, cuando no estoy trabajando, estoy entrenando. Tengo muy poco tiempo libre, aprovecho los miércoles (nuestro día libre) para descansar, y los findes que jugamos aquí para estar con la familia o amigas o adelantar tareas de la casa jajaja Para esa jugadora que está empezando a dar sus primeros pasos en el baloncesto,

¿Qué crees que es lo más importante que debe hacer para llegar a ser una buena jugadora? Para mí, lo más importante es el trabajar siempre sin parar y divertirse haciéndolo, porque si no te diviertes algo falla. Hay que esforzarse y ser constante. No darse nunca por vencida y no rendirse, ya que aunque de primeras podamos pensar que somos débiles, acabamos sacando fuerza de donde no las hay y siempre acabas levantándote. Al final, todo esto acaba teniendo su recompensa.

¿Cuántos sacrificios has tenido que hacer? Está claro que dedicarle tantas horas a esto, supone que hay otras cosas que no estás haciendo que para otra gente seguro que son más divertidas. Pero yo he estado siempre donde quería estar. Obviamente durante la temporada hay muchos momentos que dejas de hacer planes con familia, amigos…, pero no me arrepiento de nada. Los momentos más duros y en los que he sentido que el sacrifico se multiplicaba por diez quizás ha sido en las tres recuperaciones de rodilla, pero todo ha acabado mereciendo la pena.

¿Merece la pena? Merece muchísimo la pena. Además, he tenido la suerte de que mi familia siempre me ha apoyado y seguido a todos lados. A mi ama no le ha gustado ver mis partidos porque se pone muy nerviosa, pero mi aita y Andoni me han seguido desde pequeñita, y hoy en día siguen sin perderse uno. Incluso mi hermano el año pasado cuando se podía viajar no dudaba en venirse a Madrid, Galicia, Asturias… Hoy en día, junto con Iñigo, son los que me dan fuerza para seguir con ello, ya que no siempre es fácil saber compaginar y llegar a todo. La actualidad obliga

¿Cómo ves el baloncesto y el Covid-19? En primer lugar, decir que nos ha tocado vivir una situación muy difícil y complicada para muchas personas, y aprovecho este espacio que me dais para mandar todo mi ánimo y fuerza a todos aquellos que lo estén pasando mal. Esperemos que todos los avances médicos que se han ido realizando, a nivel de vacunas y tratamientos, nos ayuden a superar esta pandemia de la mejor manera posible. Por otro lado, como ha pasado con casi todos los sectores de nuestra sociedad, el deporte en general, y en concreto, el baloncesto, ha sido uno de los grandes afectados por el Covid-19, tanto la temporada pasada como esta. La verdad que nosotras nos podemos considerar unas privilegiadas, seguimos haciendo lo que nos gusta, con alguna complicación que otra, pero seguimos. Estamos controladas semanalmente, y salvo el confinamiento que vivimos en pretemporada, no hemos sufrido ningún otro contratiempo grave.

Sin embargo, sí creo que el baloncesto base y de formación está siendo el más perjudicado de todos. Por un lado, entiendo y comparto que no haya competición, ya que controlar a una masa de personas tan grande, en contacto unas con otras constantemente, como la que mueve el baloncesto vizcaíno y vasco, es muy difícil. Por otro lado, también sé que en nuestro territorio hay muchos clubes con ganas de entrenar y fomentar, ya no solo nuestro deporte entre los más pequeños, sino la salud y los hábitos de vida saludables que la práctica deportiva les puede acarrear. Por ello pienso que permitir entrenamientos en grupos cerrados y con todas las medidas de seguridad que se requieran, con todo el esfuerzo que nuestros entrenadores/as, coordinadores/as y demás personal que trabaja en nuestros clubes realiza, podría ser una medida a aplicar para no parar del todo nuestra actividad y así hacer que los más peques, tanto en edad escolar como federada, se relacionen y diviertan en entornos sociales seguros.

Y para acabar, ¿Cuál es tu opinión sobre Zona Bizkaina? Creo que hacéis un gran trabajando dando visibilidad al baloncesto bizkaino en todas las categorías, y os agradezco que hayáis querido contar conmigo para esta entrevista. Aprovecho para desear a todo el mundo unas Felices Fiestas y un Feliz Año 2021, que ojala nos traiga buenas noticias y una vuelta del basket completa ¡Muchas gracias!

Gracias a ti Bea! No cambies!


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