Amaia en Kandelazubieta, durante uno de sus últimos partidos

Amaia Tena
Hace unas semanas recibí un mensaje de Zona Bizkaina diciéndome si estaría interesada en realizar una entrevista explicando mi trayectoria como jugadora y entrenadora de baloncesto. Toda entera no va a ser posible, ya que son muchos años llenos de un sinfín de anécdotas, pero intentaré resumir lo mejor posible, ya que creo que gente de casa como yo y muchas más chicas que hemos tenido la oportunidad de vivir esta experiencia o tienen la ilusión de vivirla, es bonito que se lea y se conozca, sobre todo para las/los que están empezando, que si os gusta el baloncesto, os lo tomáis como parte de vuestra vida y sobre todo disfrutáis practicándolo se puede conseguir. No digo que sea fácil el camino, pero siempre con las caídas te aprendes a levantar y según pasa el tiempo, más rápidamente, haciéndote más fuerte mentalmente.

¿A qué edad y cómo tomas contacto con el baloncesto?

Pues que tendría...5-6 añitos. En el barrio teníamos cancha de basket, futbito, frontón... vamos que no paraba en casa, porque estaba todo el día en la calle jugando con la bici, patines, el balón, goitibera o lo que fuere. Pero el baloncesto especialmente me divertía mucho practicarlo, me acuerdo que jugaba con mi primo que ya estaba en un equipo, entre otros.

¿Por qué empezaste a jugar?

En el colegio teníamos multideporte (baloncesto, balonmano, atletismo...) y la verdad que me gustaba todo, de hecho, alguno se llevo un chasco porque no fui a jugar a su sección, pero el baloncesto me llamaba mucho la atención, sobre todo, por lo que se podía hacer con el baloncito, eso era lo que me atraía y por eso me decidí a jugar. Me acuerdo que al de nada de empezar con el equipo de Askartza, entrenaba a la vez un día con el equipo masculino de mi edad, ya que el entrenador me dijo y yo claro, no le podía decir que no, ya que todo lo que fuese aprender me valía.

¿Cuántas temporadas jugando y dónde?

Si las cuentas no me fallan son 25 añitos, ¡un lustro! No ha llovido ni nada. A ver si no me pierdo ... Empecé como he comentado antes, en el equipo de Askartza Claret, mi colegio. Allí estuve hasta el último año de junior, jugando a la vez con las selecciones de Bizkaia y Euskadi, sin olvidarme de las mayores que me llamaban para jugar con ellas. Esos años, me sentí muy alagada primero, por recibir llamadas de las selecciones (aluciné la primera vez que me llamaron, vaya nervios que tenía) y segundo por recibir llamadas de diferentes clubs que estaban interesados para que jugase con ellos.

Después, en primer año de senior me fui a irlandesas (al ladito de casa). Allí estuve jugando en segunda nacional, primera nacional y liga femenina 2. Aprendí muchísimo, daros cuenta que tenía como entrenador a Luis Ledesma y a jugadoras como Irune Bilbao, María de La Fuente, Estitxu Ibarretxe, Nora Bellón, Leticia Pérez de Albéniz , Ane Clavier y un gran equipo, que cada una de todas ellas me enseñaba algo que me servía para crecer como jugadora, que es lo que soñaba cada día. No veas con que ganas iba yo a entrenar y mira que no me libre de las jugarretas por ser PJ (risas).

Más tarde, en el 2005 tomé una gran decisión, después de pasar un año muy malo por algo que nunca tendría que haber pasado, la pérdida de una compañera de equipo y sobre todo una amiga, me llaman de la UCAM (Murcia) y decido marchar. Con Nago era todo muy fácil con sólo mirarnos a los ojos ya sabíamos lo que iba a hacer cada una. Ya sé que igual no tenía que mencionar, pero creo que es parte de mi vida y hoy en día la echo de menos y quiero homenajearle con estas palabras porque, en mi humilde opinión, ha sido una de las mejores jugadoras que hemos tenido en Euskadi y yo personalmente he tenido la suerte de poder disfrutar del basket junto a ella. ¡Maite zaitut!

Bueno y ya empieza mi aventura fuera de casa, mi primer año en la UCAM de Murcia. La gente de allí (Pablo Rosique, Alejandro Santos, Joserra, Tito...) me trataron como si fuesen mi familia y eso lo agradeceré siempre, era una “pipiola” de 22 añitos recién salida de casa y me cuidaron muchísimo. Llegamos al play-off, por lo que mal del todo no lo hicimos, pero nos quedamos a las puertas de subir.

Luego marcho a Girona, al Don Piso. En este equipo fue de las pocas veces que yo recuerde que me saco el entrenador de pívot, fue contra Olesa y en aquellos momentos lo entrenaba Lucas Mondelo. Si el coach dice que juegue de pívot y defienda a una tía de 2 metros pues Amaia sale y a por ella. Entrenábamos en el Fontajau como los chicos de ACB, tuve la oportunidad de ver a Marc Gasol, San Emeterio y Cía. e intercambiar algunas palabras con Pesic (siempre nos deseaba suerte). Este año tuve que trabajar mucho, tenía por delante a una americana que era muy buena la tía, pero ahí estaba yo peleando día a día para mejorar. Este año, coincide que Marta Xargay era junior y subía con nosotras, aunque ya apuntaba más que maneras la "pequeñaja".

El siguiente destino fue Ibiza, a pesar que no ganábamos ni queriendo fue un año especial. Aunque parezca mentira, estábamos 5 vascas en el equipo, y ya nos conocíamos, así que como en casa. Vino a entrenarnos una campeona olímpica americana, Cathy Boswell, yo casualmente ya había jugado contra ella cuando estaba en irlandesas. Un amor de persona. Casi la hacemos volver a las canchas, nos hubiese ayudado y mucho. Este año tuve la oportunidad de entrenar en Liga femenina 1, (en ese momento estaban entre otras Sancho Lyttle y Silvia Morales) pero una rotura de fibras me lo impidió.

Después cojo rumbo Huelva, un equipo novato en la liga, pero trabajador donde los haya. Poníamos todo de nuestra parte para hacer una piña como grupo y crecer juntas como jugadoras.Y para terminar mi aventura fuera de casa, decido marchar después de estar en el sur, al norte, a Bembibre (León). Aquí me junto con grandes jugadoras como Irene Salgado, Marta Ginés, Esther Montenegro y la entrenadora Bea Pacheco, anda que no tuve que hacer tortillas y tartas, era un no parar... fuera aparte de los momentos de ocio que me lo pasaba genial con las “loquitas”, como siempre me sirvió para aprender cosas nuevas y diferentes a las que ya tenía fijadas en mi cabecita. Jugadoras con mucha experiencia en la liga y muchos minutos en las espaldas.

Y por fin vuelvo a mi tierra, un cambio radical, vuelvo a irlandesas, a casa, con mi familia de basket. Desgraciadamente, al de un par de años desaparece liga femenina 2. Nace un nuevo proyecto con el club Leioa Sbt y allí es donde termino mi carrera en el 2016 como jugadora de baloncesto, buuufff como cuesta escribirlo, todavía me emociono.

¿Cuál es tu primer recuerdo como jugadora?

Uno de ellos no es agradable…¡mi primer esguince de tobillo! en las canastas pequeñas, que mal lo pase. Después, me acuerdo la ilusión que me hacía que viniesen las mayores a vernos, aunque solo fuese un ratín.

¿Cuál ha sido tu posición de juego, siempre has jugado en esa posición?

En Askartza jugaba de base principalmente, pero si se necesitaba en algún momento determinado jugar en otra posición lo hacía. Luego en irlandesas empecé de base pero al de un par de años me convirtieron a escolta. En los demás equipos he estado de base o escolta.

¿Cómo te definirías como jugadora y cuál es tu carácter?

Primeramente, me considero muy luchadora, tenaz, alegre, peleo hasta conseguir la canasta difícil o el pase imposible. Me gusta crear, aunque algunas veces, me tocaba escuchar la bronca por hacer esos pases, que ya sabéis que, si no salen la que te espera, pero cuando sale lo bien que te sientes. Solidaria con mis compañeras, no paro de hablar y animar en el campo y de intentar que entre todas consigamos lo que todo equipo quiere y es meter una canasta más que las contrarias al pitido del final del partido. También me enfado cuando las cosas no salen bien o como se quiere y creo que es donde suelto toda la rabia, aunque ante las dificultades me suelo crecer y creo más en mi equipo y en mí misma.

¿Qué recuerdo guardas de los primeros entrenadores que tuviste?

Que voy a decir de Jaime y Jon más que cosas positivas y bonitas. Jaime ha sido el que me ha dado este espíritu de lucha, el que me enseñó a no rendirme por muy mal que fuese el partido o el entrenamiento, he sido su nana desde txiki, no puedo decir nada malo. Ellos dos hacían un buen cuerpo técnico para llevar a 12 chicas que empezaban a competir a baloncesto, sabían cuando tenían que hacer de poli bueno y malo, aunque en algunos momentos fuese muy difícil. Los dos me trasladaron todo lo que les gustaba el baloncesto (también eran jugadores) y me alegro muchísimo que fuesen ellos con los que iniciase mi vida en el baloncesto.

¿Cuál o cuáles son los clubes o el club de tu vida y por qué?

Mi primer club, que fue en mi colegio Askartza Claret e Irlandesas, bueno los últimos años Leioa Sbt.

¿Por qué? Pues porque son mi familia, con Askartza tuve mis inicios, conseguimos ir a liga vasca, me empezaron a llamar de las selecciones, todo era motivante para mí, estaba en una nube. Con Irlandesas maduré como jugadora, aprendí a competir contra jugadoras nacionales e internacionales con mucha experiencia, chicas que tenían un potencial increíble, viví nuevas experiencias, viajar por todas partes, en avión, autobús, furgoneta...

Lo que he intentado transmitir en estos años, sobre todo a las que vienen con ganas de superarse a sí mismas es, que sean capaces de autocriticarse, de auto superarse, de ayudar a las compañeras cuando estén decaídas... Beita y Jone esto sobre todo va por vosotras, que la coach piensa que valéis un potosí y sabéis que siempre estaré muy orgullosa de vosotras. En estos tiempos es muy difícil encontrar gente que le guste tanto el basket y sean capaces de sacrificar muchas cosas por lo que conlleva el compromiso de estar en un equipo y estas chicas son unas de ellas.

Cuéntanos como ha sido tu experiencia como entrenadora

Pues ha sido muy gratificante, he entrenado desde los 18 hasta hace dos años si no me equivoco, imaginaos que variedad de niños y niñas han pasado por mis equipos. Creo que el papel de entrenadora es muy importante en un grupo. Además de intentar enseñar y transmitir todo lo que quieres a tus jugadoras/es, también si estas con equipos de formación, tienes que actuar como educadora y hacerles ver lo que es estar en un equipo de baloncesto.

He tenido el honor de entrenar a Laura Gil (actual jugadora de Perfumerías Avenida y de la selección absoluta) en la selección murciana, en ese campeonato se salió y ya no para la “zagala” como suelen decir por su tierra y me alegro muchísimo que haya podido llegar hasta donde está. Los dos últimos años como entrenadora quedamos campeonas de Bizkaia de nuestra categoría, así que como me voy a sentir cuando veo a mis niñas felices. Fueron años duritos, me costó, pero a lo largo de la temporada, conseguí que entendiesen lo que quería transmitir y lo que para mí era el basket, finalmente creo que lo entendieron y a partir de ahí pude trabajar los conceptos, hasta conseguir un estímulo positivo para ellas, que fue el premio al ganar la copa. ¡Zorionak neskak!

¿Cómo se vive sin jugar, hay nostalgia?

Hay mucha nostalgia. Suelo ir a ver a mi equipo cuando puedo y es pisar Kandelazubieta y me entra un escalofrío por todo el cuerpo...Ahí me veis animando como la que más. Nada que esto a ver si al final va a ser un hasta luego en vez de hasta siempre..., conociéndome soy capaz (risas).

Para esa jugadora que está empezando a dar sus pasos en el baloncesto ¿Qué crees que es lo más importante que debe hacer para llegar a ser una buena jugadora?

No sé si buena jugadora o no, pero para disfrutar del baloncesto lo primero te tiene que gustar (este verbo conlleva muchas acciones), que cuando vayas a un partido parezca que sea el más importante de tu vida (ese cosquilleo en las tripas siempre están contigo), respeta a tus contrarias, trabaja en cada entrenamiento para dar un paso más hacia adelante y no hacía atrás, no te conformes con lo que sabes, pide más, no te embajones porque la entrenadora te exija, si lo hace es porque cree en tus posibilidades, responde con trabajo y trabajo, sabes que vas a sacrificar muchas cosas que al principio no lo vas a entender pero con el tiempo te das cuenta que ha valido la pena, que lo que te da el baloncesto es algo más que un deporte; es educación, amistad, compañerismo, compromiso, diversión, familia, tolerancia y una infinidad de valores que te hacen crecer como jugadora y persona.

Está claro que no puedo mencionar a todas las personas con las que he estado en todos estos años, espero que no se sientan ofendidas, no ha sido mi intención porque saben de sobra lo que han vivido conmigo y siempre estarán ahí, bueno de hecho con muchas de ellas sigo quedando para ponernos al día y echarnos unas risas.
Agradecer a mi familia, mi ama, mi aita y mi hermano por estar siempre conmigo, en los momentos buenos y sobre todo en los malos, han sido un apoyo incondicional para mí y sobre todo mi ama y mi aita que me han seguido a donde iba, para animarme hasta el final, unos hinchas de 10.

Mi kuadri de aquí, del pueblo, a mis niñas… para vosotros también tengo. Sois unos cracks y me habéis animado siempre que podíais y eso lo voy agradecer siempre. Sentirme cerca de mi gente me ha ayudado mucho, porque notaba esa energía que te transmiten desde la grada.

A todos ellos os quiero y os querré siempre.

Por último, me gustaría agradecer a Zona Bizkaina por darme la oportunidad de plasmar parte de mi vida baloncestística en su página. ¡Eskerrik asko!

¡Gabon zoriontsuak eta urte berri on 2017! Que todos vuestros deseos se cumplan, felicidad, fortaleza y positividad para este año nuevo.