Toda competición implica a su vez un ejercicio de trabajo para ser mejor, mejor que el contrario o mejor que uno mismo, eso ya lo debe decidir cada uno de nosotros o cada uno de los integrantes de esos equipos. Entendemos que la competición, la sana rivalidad, da un extra de intensidad para que las competiciones escolares puedan servir como iniciación al baloncesto o mejoren la formación de nuestros pequeños futuros jugadores. Pero si hay algo que queremos recalcar es eso la SANA rivalidad , pues ya desde pequeños debemos enseñarles a respetar al rival, a competir en el campo y dar la mano felicitando tras el partido. No debemos perder la educación por el hecho de que exista una competición por detrás.

El mayor problema de que este respeto y que el aspecto lúdico se pierda no son los niños y niñas, son sus padres, sus madres, sus entrenadores,…y cualquier otra figura que debería servir de ejemplo y que por lo general no cumple con aquello que la competición escolar exige: Deportividad, Respeto y Diversión. Los adultos debemos ser un ejemplo para estas personitas en formación, no solo deportivo sino también social. Por eso os planteamos el siguiente decálogo para hacer que los más pequeños se formen en el baloncesto, no solo como jugadores sino también como personas. Dirigidos inicialmente a los padres pero los entrenadores también debemos cumplirlos, ya que debemos ser su ejemplo en las canchas:

1.JUGAR PARA DIVERTIRSE: Los niños y las niñas no juegan para entretener al público, ni para quedar primeros, sino para divertirse y formarse como personas en el deporte.

2.SER POSITIVO ES MAS DIVERTIDO: Aplauda los esfuerzos y las buenas actuaciones de todos, sean del equipo que sean. El resultado no es lo más importante.

3.SEA VISTO, NO ESCUCHADO: Dar instrucciones, dirigir etc. Es función del entrenador o entrenadora, aunque tenga conocimientos no teledirija a su hijo o hija. Deles libertad para que disfruten de la actividad y tomen sus decisiones.

4.EL RESPETO COMO NORMA: Sea ejemplo de respeto, trate a los árbitros, entrenadores y otros jugadores como le gustaría que le tratasen a usted y a su hijo o hija.

5.NO ANALICE EL RESULTADO DEL PARTIDO: Valore la mejora personal y colectiva, no el resultado, es lo menos importante.

6.COMPROMISO: Al formar parte de un equipo su hijo o hija ha adquirido un compromiso, incúlquele el deber de llegar puntual a los entrenamientos y el asistir a ellos.

7.ESTUDIOS Y DEPORTE: Los estudios y el deporte con complementarios, nunca enfrente uno con el otro, haga que convivan.

8.JUEGUE CON SU HIJO O HIJA: Le servirá para entender no solo el deporte sino también a su hijo o hija.

9.ENTRENADOR Y PADRES TRABAJANDO JUNTOS: Formen equipo, respáldense entre los dos ya que las educaciones de casa y la del deporte son complementarias
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10.COLABORE: Cuando pueda ayude en lo que pueda, colaborar con la entidad o las personas de las que forman parte nuestros hijos o hijas harán que tenga continuidad y mejora.