EL BALONCESTO
La Federación Vasca aún no ha hecho oficiales en su web los planes definitivos así que escribo este artículo con las noticias que me van llegando de aquí y de allí a una semana del supuesto nuevo reinicio de la competición si el coronavirus prosigue con la tregua. Eso si, que nadie olvide que los epidemiólogos pronostican una cuarta ola para mediados o finales de marzo y que además avisan que los que más lo sufrirán serán los jóvenes, espero que se equivoquen porque todos los nuevos planes volverían a caer en saco roto.
Siguiendo la cronología, desde el mes de Septiembre vengo defendiendo que esta Liga no debía haber comenzado y que los clubes iban a ser los grandes perjudicados. Por aquellas fechas se realizó por parte de algunos clubes una petición para retrasar el comienzo de las Ligas y ver la evolución de la pandemia. La democracia en situaciones normales es válida, pero creo que en la situación sanitaria que vivimos, hubo en el comienzo de la temporada incomprensión, egoísmo, insolidaridad y se debía haber permitido a aquellos clubes que no querían comenzar la temporada retirarse sin ningún tipo de sanción económica y sin que hubiesen perdido sus derechos deportivos para la siguiente temporada.
Por contra, y ahora se ve con la retirada de varios equipos, se denunciaron coacciones y algunos clubes comenzaron forzados la temporada. La decisión tomada por la nueva Junta Directiva de suspender las competiciones durante tres semanas nada más asumir el cargo y permitir retirarse a los equipos que lo deseen, viene a corregir, en mi opinión, de alguna manera una toma de decisiones incorrectas tomadas por los clubes y por la anterior Junta Directiva de la Federación Vasca.
Si en el mes de Septiembre se hubiese tenido un poco de sensibilidad probablemente ahora no se hubiese tenido que tomar la decisión que se ha tomado. Tras la paralización de las ligas a mediados de Octubre, nos llegó el término de "Semiprofesionalidad", donde con incredulidad no pensaba que se pudiese llegar a hacer tanto el ridículo. El gol por la escuadra que las diferentes Federaciones metieron al Gobierno Vasco fue monumental y ahora tras revisar el VAR, parece que la nueva Directiva de la Federación Vasca ha decidido poner un poco de cordura y decidir que las primeras divisiones no son semiprofesionales.
Algunos clubes, con la razón legal que les asiste, siguen acogiéndose a esta ridiculez para recurrir la decisión de paralizar las competiciones. Desde que la anterior Junta Directiva se sacó de la manga este término, siempre defendí que la única competición semiprofesional, reconocida y aprobada por la Federación Vasca en sus Bases de Competición, era la Euskalcopa y no las Primeras Divisiones. Se puede abrir un debate pero no creo que sea muy conveniente para los clubes, no vaya a ser que la Viceconsejería de Trabajo solicite presentar contratos de semiprofesionalidad e incluso cotizaciones a la Seguridad Social de los diferentes jugadores/as y entrenadores/as de los clubes de Primera División con lo que esto conllevaría. Además, esta el hecho de que ahora se recurre a la justicia deportiva cuando antes, aquellos que se vieron obligados a jugar no lo hicieron. Me cabe la duda de si estamos ante el legítimo derecho a defender los intereses deportivos de algunos clubes o ante una pataleta ante el cambio de timón tras las elecciones en la Federación Vasca.
Desde luego si queremos considerarnos semiprofesionales debe ser a todos los efectos. Posteriormente, llegaba el decreto de la prohibición a entrenar y jugar en las zonas rojas salvo los "semiprofesionales", donde he echado en falta la solidaridad entre clubes. Mientras unos no podían ni entrenar, otros que si podían, seguían avanzando en la competición con la permisividad de la anterior Junta Directiva de la Federación Vasca, lo que en anteriores artículos he definido como una adulteración de la Competición. No me voy a extender mucho más en el pasado, del que ya he hablado mucho en anteriores artículos y voy con el presente.
La nueva Junta Directiva tomaba en el primer día de gestión la decisión de aplazar tres semanas las competiciones y abrir un plazo para permitir retirarse a los que quisieran sin penalización ninguna, ni económica ni deportiva, y reestructurar las competiciones al número de equipos que si quieran seguir compitiendo. El malestar en algunos clubes ha sido evidente, llegando incluso a recurrir la decisión a la justicia deportiva pidiendo una situación cautelar que permitiría jugar mientras la justicia decide y abriendo una peligrosa puerta que veremos a donde nos lleva en el futuro. En primer lugar, creo que desde el día 4 en que sale elegido el nuevo Presidente al día 10 en que se hizo ya efectiva la Presidencia, hubo tiempo aunque fuese extraoficialmente, para tantear a los clubes. Y máxime cuando uno de los slóganes de la nueva Presidencia era devolver la voz a los clubes.
Aún pensando que la decisión tomada por la nueva Junta Directiva es lo más correcto que se podía hacer para reconducir errores del pasado, creo que primero se debía haber comunicado a los clubes las intenciones y luego llevarlas a cabo hubiese consenso o no, ya que no me parece justo que en la situación sanitaria que hemos vivido haya habido equipos que hayan tenido que jugar obligados, y partiendo también de la base de que si se hubiesen tomado decisiones más acertadas en los meses precedentes no se hubiese tenido que llegar a esta situación ahora.
En segundo lugar, comparto la visión de algunos clubes recurrentes, hayan sido solidarios o no, y considero inoportuno dar pie a que pueda no tener validez lo jugado hasta ahora. En mi opinión, ha habido insolidaridad, pero quizás también ha faltado valentía para plantarse ante la Federación Vasca y luchar por los derechos de cada uno, recurriendo las decisiones que se tomaban con argumentos meses atrás ante la justicia deportiva, y los clubes han jugado una serie de jornadas, con unos gastos de alquiler de canchas, desplazamientos, arbitrajes y con unos resultados deportivos en una liga adulterada o no según se mire. Pensar ahora en volver a empezar de cero me parecería un error, y creo que una vez todos los equipos puedan competir en igualdad de condiciones se debería reanudar la competición, quizás haciendo una nueva revisión de cada una de las categorías, dada la premura de fechas, siempre y cuando las condiciones sanitarias sean las idóneas y lógicamente anulando los resultados de los partidos en los que hubiese intervenido alguno de los equipos ahora retirados. Máxime además, y como he dicho al comienzo del artículo, se han comenzado a relajar las restricciones, hay que ir día a día, semana a semana, porque nadie nos asegura que no vaya a ver cuarta ola antes del verano, haya que darse por vencidos, y de nuevo tomar decisiones que beneficiaran a unos y volverán a perjudicar a otros.
Por último, pedir un poco de reflexión y sentido común a todos, analizar los errores cometidos para tenerlos en cuenta para la próxima temporada, todos los males de nuestro baloncesto han salido a relucir durante esta pandemia y sobre todo, el egoísmo y esa falta de solidaridad que durante muchos años he echado en falta en Bizkaia pero que veo que es extensible a otras provincias. Probablemente, la próxima semana volverá la actividad a nuestras canchas y seguiremos informando del desarrollo de las diferentes competiciones.
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3.ª FEB: SEGUNDA JORNADA CON DOBLE DERROTA
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